ENTRADA 8
ENTRADA 8
CUANDO LA CASA SE CONVIERTE EN ESCUELA
CONCIENCIA Y EXPRESIONES CULTURALES
Las preguntas que giran en torno a
este documental, a mi modo de ver, son las siguientes: ¿es eficiente el sistema
escolar; el monopolio de la educación ha de poseerlo, en exclusiva, el Estado;
para qué se educa, cuáles son sus fines; hace frente a las necesidades actuales?
Frente a esto último, habríamos de
preguntarnos si verdaderamente han cambiado tanto las necesidades actuales con
respecto a la educación: aunque ahora tengamos más medios, y todos estaremos de
acuerdo en que no se puede vivir de espaldas a internet, a las nuevas
tecnologías, creo que los objetivos siguen siendo los mismos: formar al
individuo, perfeccionarlo tanto a nivel personal como social, desarrollar al
máximo sus capacidades y favorecer su inclusión en la sociedad.
¿Única y exclusivamente el Estado,
por mediación de instituciones ad hoc, como son las escuelas, puede cubrir
estas necesidades? No siempre las cubre, eso por un lado; y por otro lado, se
pueden cubrir a nivel familiar. Ello implica ciertos factores: buen nivel
socioeconómico, alto nivel académico de los padres (en el caso de que decidan
ser padres-tutores, un trabajo no remunerado, como las amas de casa; por otro
lado, puede relegar esta tarea a cursos online –pensemos, por ejemplo, en YouTube, donde
podemos encontrar miles de horas dedicadas a tareas educativas, incluso clases
magistrales de las mejores, o por lo menos mejor valoradas, universidades-). Estas
necesidades, por tanto, parece que se pueden abastecer tanto en casa como en la
escuela, y ambas están sujetas a gran cantidad de factores (calidad de los
docentes y del centro, nivel socioeconómico e intelectual de los padres, genética
del alumno, etcétera).
Una de las cosas más interesantes que
dice la madre, de las muchas que dice, es que está conforme con que la
educación sea obligatoria, pero inconforme con que se confunda educación con
escolarización. Esto nos lleva a la primera pregunta: ¿es eficiente el sistema
escolar? Sin duda tiene sus fallas, algunas parece que incorregibles (el estudio
del inglés, por ejemplo). Sin embargo, lo que parece evidente, es que no todos
los hogares se pueden permitir lo que vemos en el documental (por ejemplo, una
madre volcada en la educación de sus hijos: ¿y si tuviera que trabajar, y si
sus capacidades cognitivas o sus estudios fueran tirando a mediocres?). Pero en
defensa de la madre, decir que ella aboga por que se permita este tipo de
educación en España, no que se haga obligatoria.
A mi modo de ver, las ventajas y desventajas
se dan, en ocasiones, la mano, sobre todo en lo que respecta al aspecto social
de la educación, a la socialización con los pares: así como se evitan posibles
problemas, como el bulling (hacerlo o padecerlo), se evitan experiencias
vitales, como el establecimiento de fuertes vínculos en cuestiones amorosas, de
amistad… aunque esto se podría compensar con actividades extraescolares, como
vemos en el documental (sería injusto defender la escolarización agarrándonos
exclusivamente a esto, pues se puede socializar allende la escuela –quizá la
escuela favorezca, de hecho, más de un comportamiento tóxico, si bien, desde
una perspectiva realista, hay que decir que la escuela, en gran medida, es la
sociedad a pequeña escala, esto es, tarde o temprano tendremos que encarar
muchos de los problemas que se dan en estas instituciones, tales como malos
compañeros, malos ambientes, asimetría e injusticias varias, etcétera-).
Yendo directamente al tema que me
tocó, CONCIENCIA Y EXPRESIONES CULTURALES, no sabría decantarme: por un lado,
la cultura se puede disfrutar, asimilar e incluso se puede contribuir a ella al
margen de la socialización (pensemos en la lectura y escritura, por ejemplo, si
bien otras artes, como el cine, son colectivas): las artes, pues, podrían
agruparse, aunque muy toscamente, en más o menos individualistas o colectivas.
Se puede desarrollar, sin duda alguna, y lo vemos en el documental, una gran sensibilidad
y gusto artístico, un gran respeto a la cultura sin necesidad de ir a la
escuela (en ocasiones, de hecho, sucede lo contrario: un mal profesor de lo que
sea, música, historia, literatura, hace al alumnado odiar dicha materia hasta
niveles insospechados; tampoco neguemos que sucede lo opuesto, un buen profesor
que transmite el interés y gusto por la materia).
En cualquier caso, y como conclusión,
yo estoy de acuerdo en que se pueda educar en casa, siempre y cuando la familia
cumpla con unos mínimos previamente establecidos (en el caso del documental,
los supera); pero esto no debería llevarnos a descuidar la educación pública,
ya que muchas familias no están en condiciones de hacerlo, ni por el nivel de
conocimientos de los padres, ni por tiempo (pesemos, por ejemplo, en padres de
clases obreras, con escasos estudios y largas y partidas jornadas laborales). Por
otro lado, tenemos a la gente con necesidades especiales: en estos casos, si
las familias son muy pudientes, contratan agentes y tutores particulares, por
lo que se da una situación parecida; en cuanto a las familias no tan pudientes,
si no cuentan con un buen soporte público, se corre el riesgo de que el hijo se
desarrolle en un porcentaje ínfimo frente al otro caso mencionado. Al final,
una situación socioeconómica boyante, si no todos, puede compensar bastantes de
los problemas, sean de la índole o intensidad que sean.
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